Ibiza es... todo.
No sucumbir al encanto de la mayor de las Islas Pitiusas, Ibiza, es imposible. Ibiza puede remontarnos a fiesta y discotecas, pero también en un paraíso natural, un lugar mágico y en donde las parejas pueden disfrutar de unas vacaciones idílicas e inolvidables. El sol nos saluda y nos despide, con amaneceres tan hermosos como los atardeceres. Un sol rojo, hermoso y radiante sale del mar o se sumerje, dejando su reflejo sobre las aguas cristalinas del Mediterráneo.
Las mejores calas y playas.
Con la llegada del calor, el canto alegre de las chicharras nos acompaña allá a donde vamos, entre los pinos, entre campos y viñedos, mientras nos acercamos a calas tan hermosas como todas las cercanas a Es Vedrà, ese islote lleno de leyendas, como las bellas Platges del Compte o ese pequeño rincón de calma que es Cala Carbó.
El mar se disfruta de todas las maneras, también con esas curiosas calas de guijarros, como la de Es Codolar o el amplio y extenso arenal de la Playa de las Salinas, tal vez la playa más conocida de la isla: y también lanzándose desde una roca en Sa Punta.
Belleza interior.
Se dice que la belleza está en el interior y en esta isla esto es mucho más que exacto. En Santa Geltrudis de Fruitera llegamos al pueblo más maravilloso y bello que puedan contemplarse. No hace falta que te digamos a dónde deberás ir para comer algo: lo verás con tus propios ojos.
Santa Agnés de Corona es un diminuto pueblo que vale la pena ver. En todo el interior nos encontraremos con frondosos bosques de pinos y carreteras serpenteantes. Ibiza no es una isla demasiado grande, más bien es pequeña y accesible. También hospitalaria.
Muchísimas opciones.
El casco antiguo de la capital de la isla, Ibiza también merece la pena para ser visitado. Compras y hermosas vistas son compatibles. En el primer caso, no olvidemos tampoco sus famosos mercadillos, como Es Canar y Las Dalias, en donde un viaje al pasado y a lugares remotos, como la India, están garantizados.
Las opciones son tan variadas como posibles. Porque la fiesta, esa fiesta ibicenca, convive con los que buscan la calma y la paz. La música electrónica se funde con el chill out. El baile con el yoga. La adrenalina con la meditación. Y muchos, muchos lugares distintos en donde alojarse: aquí tienes varios ejemplos.
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